Cuidados

Los cuidados son medidas que las personas podemos tomar para cuidar tanto nuestro cuerpo como nuestros pensamientos y emociones. Durante la infancia y la adolescencia muchos de estos cuidados dependen de los adultos referentes. Sin embargo, tener información que nos permita reconocer cuándo una acción o situación es violenta y nos pone en riesgo a nosotros o a terceros, también es una forma de cuidarnos.
Para poder prevenir situaciones de violencia sexual, es necesario entender cómo funciona nuestro cuerpo y cómo cuidar de él:

Cuidado N°1: “NO” significa NO. El consentimiento y disfrute de todas las partes es lo más importante.

Si bien parece reiterativo, es lo primero que debe tenerse en cuenta para poder cuidar, sentirnos cuidados y respetados frente a cualquier situación. Si una persona dice “no”, si dice “no sé”, si se queda en silencio, si cambia su postura y actitud en señal de negativa, si manifiesta que quiere irse, son todos ellos signos de que la persona no se está sintiendo cómoda con la situación. Podemos preguntar: “¿estás bien?”, “¿te gusta?”, “¿preferís que pare?”. Cualquier pregunta que nos haga saber si la persona está disfrutando y que pueda percibir que eso es importante para nosotros. Es importante ser atentos y escuchar lo que las personas con las que compartimos nos expresan, así como a nuestro propio cuerpo y emociones.

Cuidado N°2: Si damos nuestro consentimiento a un tipo de práctica sexual, no significa que a partir de ahí todo está permitido.

Podemos estar disfrutando de una determinada situación y que ésta de pronto cambie y ya no queramos seguir. Muchas veces sucede que continuamos a pesar de sentirnos mal e incomodos por “no quedar mal”, “no parecer histérica/o”, “no parecer que no me animo”, entre otras “justificaciones” que nosotros mismos o la otra persona nos plantea como válidas para someternos a una situación que sencillamente ya no nos gusta. En este contexto es importante que ante cualquier deseo de cambio por una de las partes, como por ejemplo incluir a otra persona, quitarse el preservativo o probar otras prácticas, incluso si éstas ya habían sido practicadas previamente, se solicite el consentimiento del resto de personas implicadas. La ausencia de consentimiento implica un acto de violencia. 

Cuidado N°3: Si accedemos a ir a la casa de alguien que nos gusta o a cualquier otro lugar no público, no significa que estamos obligados/as a mantener relaciones sexuales ni hacer nada que no queramos.

Es frecuente que al contar situaciones en las cuales hicimos algo por sentir presión y no por placer, podamos recibir comentarios como “¿para qué fuiste entonces?” los cuales implican en sí mismos violencia, ya que se trata de situaciones que pudieron haber sido vividas como desagradables o incluso dolorosas. Durante la adolescencia suele ser difícil encontrar lugares seguros donde conocer a alguien que nos atrae y explorar de forma cuidada nuestra sexualidad. Sin embargo, es importante que sepamos que acceder a ir a un lugar no implica una obligación de hacer nada que no queramos y con lo que no estemos cómodos/as. Decir “NO” siempre es una opción válida, sin importar el lugar en el que estemos ni la situación que se esté dando. 

Cuidado N°4: Nuestro cuerpo es un espacio privado e íntimo. Tanto las relaciones sexuales como las imágenes o videos sobre el mismo, solo pueden ser compartidas bajo nuestro consentimiento y con personas de confianza.

Es nuestro derecho no compartir nada que nos exponga, cuidando nuestro cuerpo y manteniéndonos seguros. Esto se aplica a vínculos sexuales y/o afectivos como parejas o amistades, así como a personas desconocidas que a través de redes sociales quieran contactarse con nosotros. Estos perfiles pueden ser falsos y solicitar fotos, videos o información personal. Incluso pueden solicitar conocernos en persona en lugares que no conocemos y no son públicos. Si accedemos, la persona puede utilizar nuestro cuerpo e imagen con fines sexuales e incluso extorsionarnos, buscando generar sentimientos de culpa y vergüenza ante la exposición, configurando un acto violento. Es importante mantener informadas a personas de nuestra confianza y solicitar ayuda si la situación lo requiere. No estás solx. 

Cuidado N°5: “Stealthing” es un acto riesgoso y de violencia. Te contamos por qué:

Stealthing es el nombre que se le dá a la práctica de quitarse el preservativo o condón sin consentimiento durante las relaciones sexuales. El preservativo es el único método que además de protegernos contra embarazos no deseados, impide la transmisión de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Es tu derecho tenerlo y exigir que sea usado en todas las relaciones sexuales, por eso si acordaste su uso y tu pareja sexual se lo quita sin consultarte, configura un acto de violencia y de riesgo para tu salud. Divertirse y disfrutar es mucho mejor cuando lo hacemos cuidándonos y cuidando a los demás. Solo unx mismx puede decidir sobre su propio cuerpo. Recordá que podés obtenerlos gratuitamente en cualquier centro de salud. 

Cuidado N°6: Conocer nuestro cuerpo es una forma de cuidarlo ya que nos permite saber cuales son sus capacidades y limitaciones.

Conocer nuestro cuerpo implica mirarlo y tocarlo, así como disponer de un espacio privado y seguro para poder hacerlo. Esta auto exploración nos permite saber qué sensaciones nos gustan y nos hacen sentir bien, lo cual facilita el reconocimiento de aquellas que no. Este factor es importante en la adolescencia para identificar conductas violentas hacia nuestro cuerpo. 

Cuidado N°7: Aunque parezca inofensivo, el “Sexting” puede ser riesgoso. Te contamos por qué:

Sexting hace referencia a una forma de mantener relaciones sexuales a través de fotos, videos o audios con contenido sexual. Durante el aislamiento social provocado por el COVID-19, este método fue muy explorado ya que permite mantener actividad sexual sin contacto y a distancia. Si bien parece una forma incluso más segura que la actividad sexual con contacto físico ya que no corremos riesgos de embarazos ni de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual), esta práctica nos expone a otro tipo de riesgos como la rápida difusión del contenido si las intenciones de la persona a quien se la enviamos no son de cuidado y respeto. Es importante que en estas fotos o videos, en lo posible no se vea nuestra cara ni tatuajes o marcas identificatorias. A quien le enviamos estas fotos o videos debe ser una persona de confianza y con su consentimiento. Recibir este contenido sin solicitarlo es violento. Cuidar nuestro cuerpo e identidad es importante. Más información en nuestra publicación de Cuidado N°4. 

Cuidado N°8: El consumo de alcohol u otras sustancias no justifica el abuso sexual.

Si bien es importante que al probar cosas nuevas estemos en un entorno seguro, con personas de confianza y en lugares conocidos, esto no significa que el abuso de otras personas frente a esta situación de vulnerabilidad sea “obvio” o válido. Lo mismo aplica para quien ejerce el abuso, la evidencia nos muestra que el hecho de que la persona se encuentre bajo el efecto del alcohol u otras sustancias no es ni debe considerarse como causa o justificación del daño generado. Es nuestro derecho sentirnos segurxs y cuidados al momento de divertirnos. 

En los cuidados N°4 y N°7 explicamos los riesgos de las comunicaciones con personas desconocidas por medios electrónicos y redes sociales, ya que las intenciones de estas pueden no ser buenas, en especial mediante “Sexting”. Cuando se trata de un adultx que contacta niños, niñas o adolescentes (NNA), con intenciones de carácter sexual, es decir con el objetivo de abusar sexualmente de él o ella y/o conseguir material pornográfico (a través de imágenes, videos, etc.), este acto de acoso configura lo que se llama “Grooming” y es un delito. Para cuidarnos es importante vincularnos por estos medios con personas conocidas en especial si implica enviar fotos o utilizar cámara web (estar atentxs a los juegos en línea ya que estas personas - “Groomer” - suelen contactarse por allí), no brindar información personal ni acerca de nuestra sexualidad, en particular si la persona insiste en este aspecto. Antes de hacer nada y exponerte ESCUCHATE, si algo te hace sentir incomodx puedes terminar la comunicación sin explicar nada. Los Groomer intentarán manipularte haciendote sentir culpa y vergüenza, confiá en mostrarselo a adultxs de tu confianza para que te ayuden y acompañen. No estás solx.

Si vivís estás situaciones podés pedir ayuda al 911 o a Delitos informáticos.
Para contactarse con el Departamento de Delitos Tecnológicos se puede hacer a través de la web www.policia.gub.uy, por el correo: delitosinformaticos@policia.gub.uy o por el interno 152 2296.

Cuidado N°10: El hecho de que habitualmente percibamos acoso cuando estamos en un baile o fiesta no significa que este sea “normal” ni que “está bien”.

El acoso es un acto de violencia que tanto adolescentes como jóvenes suelen vivenciar en bailes o fiestas, en muchos casos como algo naturalizado, es decir algo habitual y esperable ante lo cual “no hay nada que pueda hacerse”. Para algunxs es la forma “normal” de relacionarse en estos ámbitos, para otrxs algo con lo que se debe lidiar salida tras salida. El acoso en este contexto implica desde miradas y acercamientos invasivos y constantes hasta tocamientos sin consentimiento que colocan al cuerpo de quien lo sufre al nivel de un objeto. Además, ante la negativa a estas conductas aparece la manipulación a modo de humillación: no es raro que una persona que estuvo acosandote, ante tu evidente enojo o rechazo te insulte o menosprecie. Que una persona salga a divertirse no significa que “busca” nada, y aún más importante: si quisiera algo lo haría saber. Para divertirnos y que lxs demás también lo hagan el respeto es fundamental.